viernes, septiembre 08, 2006

Meeting

My first erotic tale for the Eros` Corner... enjoy it.

ENCUENTRO

Salieron del restaurant y apenas intercambiaron palabras, se limitaron a mencionar temas superficiales y banales.
Los ojos de ella le decían que no se ilusionara, que esto era solo cuestión de un instante y al siguiente todo habría terminado. Pero él prefería apartar la vista y solo pensar que ahora, en este momento, en este lugar era el dueño de su corazón.
Lo que seguiría después no le importaba, prefería no pensar siquiera en que lo más seguro era que a la semana ella ya estuviera buscando una nueva persona con quién jugar a que se aman. Tenia la suficiente confianza en si mismo para sentirse de acero, para saber que podía resistir todos sus golpes y seguir adelante cuando todo terminara.
Caminaron abrazados hasta el hotel y la habitación los recibió con una cálida bienvenida.
La ansiedad se apodero de él y empezó a besarla en el cuello; con manifiesta incomodidad pero suavidad ella lo apartó y empezo a recorrer la habitación.
El deseo era mutuo y explicito pero él considerado como siempre se aseguro preguntándoselo varias veces. “Sí, lo estoy” respondía siempre con timidez, una risa maliciosa oculta en los labios e incapaz de mirarlo a los ojos. Prefiriendo el engaño al dolor, le siguió el juego y busco ofrecerle comodidad.
Con un llamado telefónico y un ligero golpe en la puerta, una botella apareció casi por magia.
Con las copas en las manos brindaron por ellos, por la amistad y por esa noche; después él la tomo por los hombros y se sentaron en la cama.
Ya entusiasmada y desenfrenada ella empezó a devolverle los besos y caricias mientras le iba desajustando la camisa. El intento de él por hacer lo mismo con su corsé falló y confirmó que esa bendita traba era el misterio femenino universal por excelencia.
Un par de risas rompieron el silencio de la noche y ya desnudos se entregaron por completo uno al otro.
Ella con furia y ganas le dio todos los placeres, sin apuro pero sin detenerse; la suave lengua recorriendo cada parte de su ser, las caderas vibrantes y enérgicas, la agilidad felina a pleno. Sentía que estaba disfrutando y es lo único que siempre le había importado.
Él solo quería que ella lo disfrutara, que viera que le podía dar todos los gustos, consentirla y hacerla sentir como una reina, tratando de aplacar su furia sexual.
Tomados de las manos con fuerza, mirándose a los ojos, por fin ambos se unieron en una explosión de placer.
Abrazados y con besos tiernos, fueron cayendo en el reino de los sueños con lagrimas en los ojos.
Ella llorando porque ahora para apartarse lo iba a tener que lastimar como nunca, con toda la seguridad de haber cometido un error.
Él llorando porque en su hechizo había caído y enamorado estaba.

0 comentarios: