miércoles, enero 31, 2007

Um, maybe I should say Evil Dead II

Second story of Angélica Jones.
NOCHE ALUCINANTE
Sentía a la cosa agitándose en su interior, pateando con furia y rabia buscando su libertad. Pero todavía era pequeña, casi indefensa y Caroline no se demoró en tomar medidas al respeto.
No era la primera vez que hacia esto. Ya estuvo en otras ocasiones que perdida en una orgía de drogas y alucinaciones permitía libertades que después lamentaba.
Pero nunca le había importado hasta ahora porque después de todo la pasaba bien y la idea de tener una vida rutinaria y llena de niños berreando y chillando solo aparecía en sus pesadillas.
Pero ahora la pesadilla estaba dentro suyo. Esta criatura se alimentaba de su energía y la consumía.
¿Cómo podía crecer tan rápido?
Fue solo una semana atrás que, encima sobria, un encantador sujeto le hizo una propuesta. Ella aceptó fascinada por su platica, aspecto y sensual mirada.
Pero a la mañana siguiente él había desapareció y ella no recordaba nada de lo sucedido.
Solo sabia que estaba engendrando algo maligno.
El doctor Smith, cirujano, anestesista y único enfermero de un lugar con muy pocos recursos se asomó al pasillo y le pidió que se prepare antes de volver a su mundo privado de desinfectantes y bisturís. Caroline se empezó a levantar cuando una suave voz la sorprendió por la espalda.
-No lo hagas, madre.
Se dio vuelta y una hermosa joven rubia de piel pálida la miraba con una tierna sonrisa.
-¿Quién sos?
-Soy tu hija, madre, la que llevas en tu vientre, la que aborreces y estas a punto de matar.
-¿Qué te fumaste, hermana?¿Un jardín completo?
-Quizás no me creas, madre, pero lo sé todo sobre vos. Caroline Adams, nacida en marzo del ochenta y nueve. Huiste de tu hogar a los diecinueve cansada de los abusos de tu padrastro. Desde entonces vives en la casa de tus amantes ocasionales, sin trabajo y solo buscando drogas y sexo.
Caroline suspiró mientras prendía un cigarrillo. Hacia tiempo que no usaba su verdadero apellido, así que si esta chiflada se había tomado el trabajo de investigar valía la pena escucharla.
-Busco lo primero, lo segundo se da por si solo. Okay, voy a seguirte el juego, ¿cómo es posible este encuentro?
-Vengo de un posible futuro, una de las tantas posibilidades si no entras en ese consultorio, si me permitís nacer y crecer.
-Me suena a una pelotudez tipo Star Trek. ¿Y porque debería hacerlo?
-Porque valgo la pena. No te voy a dar toda una reseña de mi vida pero te aseguro que soy una mujer demasiado importante para la mayoría de los americanos.
-No me digas, otra puta como tu madre querida- rió Caroline con sarcasmo.
La "hija" se abrió el saco que llevaba puesto.
-No exactamente- dijo mientras le mostraba una identificación de la Oficina Oval de USA.
Caroline la miró sorprendida y le escupió una mezcla de saliva y tabaco en la cara.
-Ahora si que tengo una buena razón para tirarte por el inodoro, pedazo de mierda.
El rostro de la rubia cambió de la sonrisa a una mueca desabrida. Con una
fuerza sobrehumana empujó a Caroline contra la pared mientras la sujetaba del cuello.
-Muy bien, puta del orto, intente hacerlo fácil. El asunto es muy sencillo. Hay cientos de demonios que caminan en la tierra y le gustan coger con humanas para mantener su raza. Vos fuiste una de las afortunadas. El problema es que si te deshaces de esa cosa asquerosa vas a provocar una guerra entre las dos especies. Y ya bastante tengo con ocuparme de los bastardos infernales que se retoban como para encima lidiar con todo un ejercito por una puta barata que no pudo mantener sus piernas bien cerradas.
Soltó a Caroline y está respiro hondo casi dos minutos hasta sentir el aire de vuelta en sus pulmones. La criatura dio una patada que casi la parte al medio como para asegurarle que también se encontraba bien.
-¿Por Dios, no ves que me esta matando?-aulló Caroline en lagrimas.
-Te ayudare a tenerlo, conozco conjuros para poder sacártelo sin que ninguno de los dos sufra daños.
-Al carajo con ambos. Primero que sos la jodida presidente del futuro, ahora esta boludez de demonios y guerras...
-Me pareció que era más fácil que aceptaras lo primero. A mí me costó más de tres años internada en un loquero comprender que hay muchas más cosas de las que se ven a simple vista.
El doctor Smith volvió a asomarse al pasillo.
-¿Algún problema, Caroline? ¿Quién es ella?
-Una zorra evangelista-respondió Caroline sin dudar.
La rubia la miró con una expresión que recordaba a pena y se retiró de la clínica sin decir una palabra más. Cruzó a la cabina telefónica de la vereda de enfrente y marcó un numero a pesar de que el cable había sido cortado por algún vándalo.
-Si quieres a tu hijo ven a buscarlo en la clínica ilegal de Fox Avenue y Gardner- dijo antes de cortar.
Al instante unas nubes grises cubrieron el cielo nocturno.
Dentro del quirófano, Smith le puso a Caroline una mascarilla.
-Ya sabes como es esto. Cuenta hasta diez.
La paciente empezó a contar mientras sentía como su conciencia se iba desvaneciendo. En vano intentaba luchar por reflejo abriendo los ojos. En uno de eso instantes vio como Smith acercaba el bisturí a su vientre. En otro como una garra atravesaba el cuello del medico decapitándolo.
Con la fuerza del horror intentó quitarse la mascarilla. Delante suyo, un enorme ser con aspecto de cabra apoyaba la garra ensangrentada en su vientre.
Pero lo que más asustó a la mujer no fue su aspecto animalesco sino que tenia los mismos cristalinos ojos de su amante en aquella olvidada noche.
-¿Tanto tiempo sssin verte, querida, no te parece que debissste consultarme antesss de hacer una locura como esssta?-siseo el demonio sacando una serpentina lengua.
-Por favor, no me lastimes-lloró Caroline.
Intentaba moverse pero una fuerza invisible la mantenía sujeta. Tardó en darse cuenta que venia de su propio interior.
-¿Cómo vosss NO ibasss a lassstimar a mi hijo? Lo siento, querida, ya esss tarde.
La bestia susurró unas palabras en latín y la panza de Caroline empezó a hincharse. Ella sentía como la criatura en su interior ya no solo pateaba.
Ahora mordía y arañaba buscando salir de esa molesta envoltura que era su propia madre.
La bestia levantó en brazos a su hijo de los restos de sangre y placenta.
Lo miró con orgullo a los ojos, los mismos faros resplandecientes que le resultaban imposible resistir a los humanos.
Al salir del edificio ambos habían recuperado la forma humana pero no pasaron imperceptibles.
-Hola, Barnabas.
Por primera vez en la eternidad el demonio mostró una expresión cercana al miedo.
-¿Jones, que haces aquí?
Angélica Jones, la hermosa experta en ocultismo, salió de la oscuridad que la cubría.
-¿Quién piensas que te aviso donde estaban por matar a tu hijo, angelito?
-¿Fuiste tu? Pero nos odias. Venís dándonos caza a mí y a mis hermanos desde
hace años.
-Así es. Pero siempre fuiste de los más escurridizos. Sabia como contactarte pero no como hacerte salir de tu escondite. Hasta que sin querer me tropecé con la pobre Caroline y sentí tu esencia creciendo dentro suyo. Le ofrecí ayudarla a parir para retener a tu cría de rehén pero la muy estúpida no aceptó y no pensaba dejar pasar la única oportunidad de encontrarte.
-Tenemos un trato con los humanos. No pueden lastimarnos si nosotros tampoco lo hacemos- susurró Barnabas tan nervioso que era incapaz de mantener la forma humana.
Jones sonrió mientras sacaba una botellita de su bolsillo. Tomó un sorbo.
-¿En serio? Bueno, ahí dentro tengo dos cadáveres que me justifican. Ah, y felicitaciones por el niño, tiene tus ojos.
Aullando el demonio intentó extender sus alas encubiertas pero ya era tarde.
Angélica le tiró la botella con agua bendita y las dos criaturas se prendieron fuego.
Por un instante, Jones se conmovió de lo parecido a un llanto humano que sonaban los gritos del bebe demonio. Aprovechó las llamas para encender un cigarrillo.

Plastic

I`m wait that you recognize the parodic element ;)
PLASTICO
Bajo una luz violácea que cansa la vista, una cajera con sonrisa importada de Taiwán me sirve un helado de chocolate que parece cualquier cosa menos chocolate.
Es pegajoso y me recuerda a lo que quiero hacer en el baño, única razón de comprarlo. Lo tiró a la basura. Ya cumplió su parte en el trato de "LA CASA SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISION".
Realizo mi pendiente y me lavó la cara. El agua se filtra por mi boca y siento el asqueroso gusto del cloro. Como el mismo diluyente que use a la mañana para limpiar la pileta esperando un alivio para la agobiante temperatura. Pero al ver como un sapo muerto hace mucho se deshacía, la idea de meterme en ese ácido me dio arcadas.
Salí espantado a recorrer la rambla veraniega esperando escuchar los gritos del vendedor de gaseosas, la algarabía de un espectáculo callejero o cualquier cosa que me apartará de la angustia, del quemazón que ardía dentro de mí. Pero la lluvia lo arruinó todo... igual no sé de que huyen porque las gotas se evaporan antes de tocar el suelo o la punta de mi lengua en un beso que jamás llega.
Y así terminé encerrado en el baño de un local de comidas rápidas, mirando al espejo. Un payaso se burla con descaro... "TEN UN LINDO DÍA". La otra cara, en el espejo, me dice "FUCK YOU, KEN".
El maldito ardor se hace más denso. Clavó la vista en una linda rubia oxigenada para distraerme. Está hablando con un anteojudo pero su charla parece tan hueca como su
cabeza.
Nos cruzamos las miradas y me hace guiños con sus ojos pintarrajeados y las pestañas artificiales. Hace demasiado calor pero ya tengo una erección.
Después de un rato se excusa con su interlocutor y se levanta para ir al baño. La sigo y veo el resto de su cuerpo, desde las piernas torneadas por la lipoaspiración pasando por los pechos rebosantes de siliconas hasta el colágeno en los labios.
La tomo del brazo y la arrastro dentro de uno de los cubículos. No opone resistencia.
Finjo escucharla mientras busco debajo de su minifalda. Me dice que se llama BARBIE mientras la penetró.
Ni me molesto en usar protección... ¿para qué agregar más de lo mismo?
El calor sigue aumentando, nuestros sudores mezclándose en un asqueroso brebaje. Le lamo la cara y sabe a una mezcla de sal con tintura. De repente me arde la lengua.
Abro los ojos y Barbie tiene algo más que el maquillaje corrido, toda su expresión es una deforme mueca. La tiró al suelo y su cabeza se parte en mil pedazos.
Salgo corriendo del baño y todo el mundo se esta fundiendo, desde las personas hasta las plantas de utilería empiezan a derretirse.
Me miró a un gran espejo e intentó gritar. Pero mis dientes están fundidos y mi lengua encerrada en una prisión.
El techo del local se abre y veo dos dioses, dos seres gigantescos zarandeando todo mi mundo como si fuera una pelota. El que parece un niño le grita al otro, una niña con la cara pecosa, y está se aleja gritando.
"MAMA, MAMA, JAIME ME QUITO LA CASA DE MUÑECAS"
El chico-dios-gigante me mira con perversión y tira mi universo al infierno. Mientras las llamas me cubren, me doy cuenta que no siento dolor. Quizás en el próximo reciclado ya venga con más sentimientos...


O quizás usen mi plástico para un preservativo. La idea me repugna y intento aullar mientras me hundo en la llameante oscuridad.

In the flesh

First story with Angélica Jones, a new chracter. Enjoy it.
EN CARNE VIVA
-Te recibirán ahora.
Gabriel respiró como no lo había hecho en centurias y entró en el salón.
Asmodel, líder de la casta Serafín, empezó la sesión.
-Has solicitado audición ante el Consejo, portador de la Voz.
El ángel se tomó un instante para medir sus palabras, sabiendo que serían determinantes.
"Oh, altos señores de las huestes angelicales, me hallo aquí por el pedido más insólito que hallan escuchado en milenios, quizás incluso desde la rebelión de Lucifer.
Pero antes de condenarme, por favor, no solo escuchen mis palabras. Únanse a mí en armonía espiritual, sean uno conmigo mismo y vean todo lo que mora en mi alma, desde las mayores trivialidades hasta los secretos más oscuros.
Sientan lo mismo que sentí el día que la conocí.

Estaba en el cementerio viendo a las almas en purga cuando una voz encantadora llamó mi atención. Seguí la tierna melodía y la encontré, parada sobre una tumba, llevando el último
saludo de una anciana moribunda a un amor perdido hace mucho.
Observen esa piel clara como la nieve, ojos cristalinos como el agua y cabellos rubios como el fuego.
Una mujer que es toda bondad, creyente con alma y dedicación, tanta como la que le profesa a todos los que la rodean.
Y ahora que han sentido todo eso, díganme si tienen la fuerza para rechazar mi pedido de bajar a la tierra y pasar el resto de mis días con ella."
Tras romper el lazo espiritual con Gabriel, le pidieron que se retire para poder meditar. Por fin, después de lo que se sintió como eones, le pidieron que vuelva a entrar.
-Vamos a concederte el deseo de tu corazón, Gabriel, porque has encontrado lo que hemos buscado por milenios. Pero debes entender que todo tiene un precio y el tuyo quizás sea demasiado alto. ¿Estás enterado de ese precio?
-Si, lo estoy. Pero no es el hecho de sentir la carne y el dolor humano lo que me turba sino el saber que mantendré mi juventud e inmortalidad mientras ella se pudre y se marchita. Pero no estoy enamorado de su carne débil y mortal sino de su alma eterna.
-Entonces así sea.
Fue lo ultimo que Gabriel escuchó antes de que la luz lo cubriera. Al despejarse se encontraba en la Tierra.
Por primera vez en la eternidad sintió el golpe del viento contra su piel y las gotas de lluvia cayendo en su cara. Acababa de conocer su prisión de carne.
Quiso volar a su departamento pero cada movimiento de las alas sentía que le partían la espalda. Acababa de conocer los músculos y el cansancio.
Cubierto con un viejo sobretodo caminó varias cuadras por un mundo sucio, pobre y triste. Un mundo muy alejado de los coros angelicales, el lucero del alba y los paseos por las nubes. Acababa de conocer la tristeza.
Pero la persona detrás de la puerta lo justificaba todo. Lo recibió con la misma sonrisa con que esa mañana consolaba a un niño hambriento.
-¿En que puedo ayudarlo, buen hombre? – le preguntó con una voz que hacia eco en cada rincón de su ser.
-No necesitas ayudarme con nada, ya te encontré.
-¿Quién es usted?
El ángel no veía necesidad en seguir ocultándose. Dejó caer el abrigo y con esfuerzo extendió las alas.
La mujer dio un grito ahogado, se arrodilló y empezó a rezar.
-Por favor. No. Más allá de las alas soy igual a ti. Sufro y siento lo mismo. Cada vez que lloras sufro. Y con cada sonrisa me regocijo.
La muchacha lo miró con picardía y puso una mano en sus piernas.
-¿Y cuando siento lujuria?
-No sabría decírtelo, el sexo es algo que los angeles tenemos privado- respondió Gabriel. Acababa de conocer la timidez.
Lo empujó hacia una cama y le saltó encima. Gabriel se sintió un poco incomodo.
-¿No vamos muy rápido?
Tras besarlo con suavidad pero audacia en sus partes intimas lo miró a los ojos.
-¿Te parece?
-Creo que no- Gabriel se acostó. Acababa de conocer el placer.
Lo único que lamento fue lo efímero, la sensación de momento ya pasado y que no volvería tras volcar su ser dentro de ella. Satisfecho se durmió. Acababa de conocer el sueño.
Al despertarse estaba rodeado por varias personas en uniformes científicos. Un anciano decrepito lo contemplaba desde una silla de rueda. Su amada con desprecio y sorna, en una esquina de la habitación, terminaba una colilla. Estaba inmovilizado.
-¿Qué significa esto?
El viejo habló con una voz quebrada y enfermiza.
-Tranquilo, mi preciado objeto, no te impacientes que no queremos que te pase nada antes que haya obtenido lo que busco.
Los médicos le taparon la boca al ángel mientras le inyectaban agujas intravenosas. Acababa de conocer la traición.
La rubia terminó su cigarrillo y avanzó a la puerta.
-Ya tienes lo que buscabas, Hammond. Si piensas que una transfusión de un serafín te dará la vida eterna es problema tuyo, yo tengo otros métodos. Con sinceridad, la idea de vivir para siempre me aburre.
-Como quieras, Jones, ya cumpliste con tu parte. Ya te pagué. Antes de irte... ¿Podrías decirme como hiciste para que no adivinara tus intenciones? Uno puede posar como la persona más humanitaria del mundo...
-Eso solo fue para llamar su atención. No me recuerdes los meses alimentando linyeras y cambiándole los pañales a viejas hipócritas.
Miró a los ojos horrorizados de Gabriel y sonrió.
-El secreto es que nuestro muchacho es solo eso, un niño caliente, y no hay quién resista a ciertas cositas que sabemos hacer las chicas. Podrá pensar que se enamoró de mi alma pero solo quería acabarme adentro.
-¿Lo hizo?- preguntó Hammond con horror y fascinación.
-Si, aunque me decepcionó. No pensé que un ángel sería eyaculador precoz. En fin. Como dije, soy más practica.
Angélica Jones, experta en ocultismo y mercenaria, salió de la sala imaginando los enmudecidos gritos de Gabriel y se preguntó porque sus padres habían pensado un nombre tan irónico.

Office troubles

A little tale for the game "Fantastic Binomian". In this case, inspired by the words IMPRESORA - IMAGEN.
Problemas de oficina
Todavía no podía creer su suerte. La idea de que tan hermosa mujer se fijara en él y le permitiera pasar una noche tan buena todavía daba vueltas en su cabeza.
¿Cómo no iba a pedirle una foto como un grato recuerdo?
Ambos eran casados. Ella, encima, con Ramírez, el nerd insoportable del departamento de Contabilidad. Si no hubiera sido por la fiesta de fin de año de la empresa sus vidas jamás se hubieran cruzado.
Y ahora lo único que le quedaba más allá de la memoria de su perfume y su sedosa piel es una romántica foto en la cama de un albergue.
Necesitaba algo más tangible así que una vez que bajo la imagen del celular a la computadora de la oficina, apretó el botón de imprimir.
Se dio vuelta para recoger la impresión y para su sorpresa, la confiable chorro a tinta que uso durante años ya no se encontraba en su cubículo.
Extrañado llamo la atención de su compañero.
-¿Che, Roberto, que pasó con mi impresora?
-Se la llevaron para cambiarle los cartuchos, Gutiérrez - respondió Roberto casi en modo automático- Mientras te dejaron conectada una impresora de la red.
-¿Y donde esta?
-Arriba, en Contabilidad.
-¿¿¿QUÉ???
Como poseído por el diablo, Gutiérrez corrió al ascensor. Una capa de sudor lo cubría por completo cuando salió al tercer piso.
Con la mirada recorrió todo hasta ver la maquina donde, como en una procesión religiosa, la gente pasaba a recoger sus correspondientes papeles. Cuando vio que Ramírez se dirigía hacia ella, aceleró el paso y sacó la primer imagen a color que encontró en la pila de impresiones.
Pero no era la correcta. En esta no estaba él con la esposa de Ramírez. Era una foto de su propia esposa... con Ramírez.
Este se acercó con la voz temblorosa.
-¿Qué... que... ha... haces acá, Gutiérrez?
Gutiérrez busco en los papeles apilados lo que lo había llevado hasta ahí y se lo extendió a Ramírez.
-Esto es tuyo.
Desde ese día ambos se empezaron a llevar mucho mejor e incluso comparten una copa al salir del trabajo. Jamás volvieron a tocar el tema de las fotos.