lunes, octubre 06, 2008

KALEJ, Chapter One

A story of one of the chracters in this game

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Dante Margoilles no ha sido un buen tipo en el mejor sentido de la frase. De hecho la descripción que susurran a sus espaldas, la de “terrible hijo de puta” es mucho más fiel a la verdad. Pero claro está, nadie se anima a decírselo en la cara si quiere seguir haciendo sus necesidades por los orificios que determinó la naturaleza.

Margollies es un traficante de blancas, un proveedor de sexo barato y lágrimas caras, las derramadas por las muchachas que tiene esclavizadas en su burdel. Todas ellas recuerdan mejores tiempos, quizás no felices pero sin duda más tranquilos, apacibles días en las afueras de la Civilización.

Días que terminaron cuando apareció ese hombre alto y de sonrisa encantadora, el tipo de sonrisa donde todos los dientes brillan tanto que te pueden dejar ciego. Sonrisa que las engañó con promesas de una gran vida en la Civilización, ese mundo tan misterioso como llamativo para ellas. Mundo que solo terminó siendo una pesadilla de perversiones y abusos.

La mayoría de las muchachas aceptaron el destino que sentían que se buscaron y se sumieron a los deseos de Margollies y su asquerosa clientela (buscavidas, cazadores y traficantes, todos con los suficientes civiles para simular algo de cariño por unas horas).

Pero un día en particular, apareció una muchacha diferente, una joven de mirada oscura y penetrante, la mirada que puede contener tanto odio como pasión. Esta joven desobedecía su destino y planeaba constantes intentos de fuga. No importa que tan bien Margollies sobornara a la milicia o cuantos latigazos o demás castigos le influyera, el ímpetu de la joven no se quebraba sino que parecía reforzarse cada vez más.

Al final la mujer amenazaba convertirse en una inspiración más que en una advertencia para las demás cautivas y Margollies debió tomar medidas drásticas. Esa noche la joven desapareció para no volver. Las demás mujeres se pasaron la noche llorando a la luz de una vela que se consumía como sus esperanzas.

Los años pasaron y aunque la mirada penetrante de aquella joven seguía grabada en sus recuerdos, Margollies calmaba su consciencia con el dinero que amasaba. Y la paz que no lograba darle el dinero la conseguía en el alcohol.

Así fue como una noche, ya pasado en copas, se retiró dando tumbos a su habitación. Una suave brisa entraba por la ventana junto con el ruido de una banda de motociclistas corriendo por la calle. Justo antes de escuchar el traqueteo de un revolver a sus espaldas, Margollies se dio cuenta que no había dejado la ventana abierta.

Los atentados contra su vida eran para Margollies moneda tan corriente como los civiles, así que su mano se dirigió presurosa al bolsillo interior de su chaqueta.

-Ah, ah, yo que vos no haría eso. Estás demasiado borracho y estoy apuntando justo a tu cabeza – dijo una voz suave pero firme a sus espaldas.

Mientras el frío acero se apoyaba en su nuca, una mano se deslizó hacia el bolsillo de Margollies y sacó la pequeña pistola con la que solía resolver todos los problemas en los que el dinero no era suficiente.

-Espero que te des cuenta del error que estas cometiendo. En el cuarto de al lad...

-¿Tus guardaespaldas? –lo interrumpió la voz.

Ahora Margollies se pudo dar vuelta para ver a su atacante. Una figura alta y oscura, envuelta en un desgastado abrigo de cuero que delataba varios viajes fuera de la civilización, todo terminado en un sombrero igual de polvoriento.

-Ya me encargue de ellos – dijo la figura al tiempo que levantaba la mirada.

Margollies tembló del miedo, no por la cara rígida y curtida ni por el afilado diente que se clavaba en un resquebrajado labio.

Lo que dejó a Margollies paralizado de terror es que este sujeto tenía la misma mirada de fuego que aquella joven rebelde de años atrás.

-¿Qué te pasa, Margollies? ¿Te recuerdo a alguien? Por favor, toma asiento que tenemos una larga platica por delante.

A pesar del aspecto casi salvaje del hombre, hablaba con educación y modales aceptables. Se sentó en una pequeña silla que casi se quiebra ante el peso.

-¿Qué quieres de mi? ¿Dinero? No creo que seas un simple ladrón -dijo Margollies intentando recuperar su compostura de hombres de negocios cruel y desalmado.

-Oh, no, el dinero no tiene nada que ver con esto, aunque si llegué acá siguiendo una misión.

-Ah, sos un cazador. Déjame adivinar, ¿te manda algún competidor, no?

-No, mi misión es mucho más altruista, me pidieron que te visite los padres de Nicole Nigger.

-Ahh, ya entiendo… los Nigger quieren recuperar a su pequeña joya – sonrió Margollies; a pesar de lo amenazante que le parecía el desconocido, ahora se sentía más cómodo en su terreno, la compra y venta -Raro que unos miserables campesinos tuvieran dinero para costear los servicios de un cazador. Pero te aseguro que lo que te hayan pagado lo puedo duplicar. ¿Qué estoy diciendo? ¡Triplicar!

-Ya te dije que esto no es cuestión de dinero.

-¡Entonces toma a la muchacha y lárgate, no entiendo porque te arriesgas siguiendo acá!

-Lo voy a hacer; pero antes hay algo tuyo que quiero. Un pequeño libro de cuero.

-No sé de que estas…

-No juegues conmigo, Margollies, tengo las cartas ganadoras. Fui educado especialmente para tratar con un gusano como vos.

El extraño se levantó y con una velocidad increíble saltó hacia Margollies y lo agarró con fuerza de la garganta. Esté empezó a hacer arcadas por el estrangulamiento.

-De hecho... –le dijó el extraño, quemándolo con la ardiente mirada –...fui entrenado para tratar justo con vos.

-Argh, grgrg… tu madre… -trató de decir Margollies, lo que hizo que el extraño estallara en un ataque de furia y lo lanzara contra la pared.

-Nunca, ¡nunca la menciones, maldito!

El cazador hundió las manos contra su propio cuerpo y respiró con profundidad. Parecía que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no destrozar al traficante.

-Bien –continuó el cazador levantando a Margollies y empujándolo hacia la cama –Ahora que tengo tu atención, ¿me podes dar lo que te pedí?

-Supongo que te referís a mi libro de contabilidad.

-Exacto, ese registro que llevas de toda tu clientela. Pero no te preocupes, no lo voy a usar para chantajear políticos y personas influyentes como seguro esperabas hacerlo. Solo busco una persona en especial.

-¿A quién? A mi padre… o padres, mejor dicho, ya que vendiste el cuerpo de mi madre a cinco hombres. Te aseguró que los recordó a todos hasta el final de sus días, pero nunca supo sus nombres.

-Tu madre… la recuerdo…

-Seguro que si.

El cazador se sentó al lado de Margollies y le apuntó a la cara.

-¿El libro, si no te es mucha molestia?

Margollies se levantó lentamente y corriendo un cuadro de la pared, una caja fuerte embutida en la pared se reveló.

-Que escondite típico –bromeó el cazador.

-Hasta hoy había sido efectivo.

De repente Margollies recordó que en el fondo de la caja había un arma… quizás si lograba mantener al cazador hablando el tiempo suficiente, pudiera alcanzarla.

-Esta atrás de todo… perdón que lo mencione de vuelta, pero hasta el día de hoy pensé que tu madre había…

-¿Muerto? ¿Asesinada por un sucio mercenario al que le pagaste para que la lleve fuera de la civilización y se ocupe de ella? Si, ¿eso te hubiera facilitado las cosas en este momento, no? Pero mi madre siempre fue una mujer resistente, eso lo sabes bien…

El cazador hizo una pausa, como quién se hunde en un mar de recuerdos. Margollies sintió el mango del arma en la punta de sus dedos pero ahora sentía verdadera curiosidad.

-Cuando fui lo bastante grande, me contó que, estando prisionera, en cuanto supo que estaba embarazada eligió intentar escapar y morir antes que permitir que su hijo naciera en la esclavitud. Al fin lo logró, atacando de sorpresa al mercenario que contrataste. Fue la única vez en su vida que mató a alguien pero entendió que era lo necesario para moverse en este mundo lleno de odio. Usó los pocos años que le quedaban en entrenarme para que jamás fuera víctima de los mismos engaños que ella. Y ahora que descansa en paz, yo emprendo mi propio camino.

-Ah, entonces estas acá para vengarte. Por eso no puedo comprarte –susurró Margollies mientras agarraba el arma.

-No, yo vine por este cuaderno para saber quienes fueron los bastardos que abusaron de mi madre. A ellos si los voy a matar por venganza. A vos… me pidieron los Nigger que lo haga.

-Pensé que no te importaba el dinero en este caso –dijo Margollies mientras se daba vuelta apuntando.

El extraño dio un disparo directo en su frente. El cuerpo de Margollies cayó lentamente al piso, como intentando desde el más allá aferrarse a la idea de que seguía vivo.

El cazador se inclinó frente al cadáver.

-En realidad les dije que lo haría gratis.

Tomó el libro de cuero de la caja fuerte junto con algunos civiles que Margollies ya no iba a precisar y salió de la habitación.

jueves, febrero 22, 2007

Inner Voyage

A tale for a new NJL in PsicoFXP. Greetings.
VIAJE INTERIOR

El bar de la calle Melancolía y Avenida Tristeza estaba casi desierto pero atestado. Sentado en una esquina, Contradicción trataba de encontrarle una justificación a esa frase.
Me siento a la barra y pido un daiquiri de penas pero sin lagrimas. “Me caen pesadas”, le aclaro al barman.
Un hombre igual a mi se sienta al lado. Lo miro fijó.
-¿Quién sos?
-Pena. No entiendo para que te matas con tragos si queres olvidarla.
-Es como la canción, “tomo para olvidar, me olvido para no tomar”.
-No, no dice así -salta un patán de anteojos y pelo engomado que de seguro es Prepotencia –Es “me enamoro para no tomar, tomo para no enamorarme”.
-¡¡Cállense, estúpidos, como le van a hablar de amor en este momento!! –les grita Furia, silencioso desde hace tanto tiempo que renació en un nuevo cuerpo, ya no reconocido como propio.
Alterado y enojado, empieza a golpear a todos los demás y lanzarlos contra la pared.
Solidaridad y Paciencia intentan detenerlo rogando por Piedad pero este no aparece y solo logran ser aplastados a puñetazos.
Al rato casi todos mis seres están envueltos en una sangrienta pelea.
Esquivo como puedo los botellazos y me siento a la mesa del único que no esta peleando, escondido entre las sombras.
-¿Y vos quién sos?
-Optimismo. Algunos me llaman “alegría de vivir”.
-Pensé que te había perdido.
-No, solo me tienes en un rincón. Lo que has perdido es Amor. Es la chica que esta saliendo por la puerta.
Me vuelvo y la miró. La luz de sus ojos me alumbra por un segundo y enfurecida se vuelve y sale del antro.
-Supongo que no estoy listo.
-Si lo estas, solo necesitas encontrar a tu amor correspondido. No puedes forzarlo como venias haciéndolo hasta el momento.
-Me niego al rechazo, soy muy orgulloso.
-Mira a Orgullo.
Observo donde me señala y un anciano, devastado entre las ruinas, es golpeado sin parar por los que habían sobrevivido a Furia.
-¿Y si no es con orgullo como sigo adelante?
-Como puedas, como lo hacemos todos. Vivimos el día al día, sin preocuparnos por el mañana y agradeciendo por cada momento.
-¿Incluso los malos?
-Esos sobre todos. ¿Ves a ese viejo gritándole a la chica? Es Experiencia humillando a Olvido.
-O sea que he aprendido algo. No debo volver con ella, sería un error.
-Exacto. Ahora no pierdas más tiempo en tus peleas internas. Sal y disfruta del mundo.
-Tenés razón -le respondo con animo renovado.
-No. Razón es el que esta sentado en la barra brindando por nosotros.
-Entonces a su salud –ambos levantamos nuestras copas y las entrechocamos.
Me levantó y me dirijo a la salida. Mientras estoy saliendo alguien se acerca a mi alegría.
-¿Porqué le dijiste eso?- pregunta Estupidez –Soy parte suya. Seguro que va a intentar volver con ella.
-Si, pero al menos...
La puerta se cierra detrás de mí y no escuchó más. Ignorancia, que me esperaba afuera, sonríe satisfecho.

martes, febrero 13, 2007

A stormed problem

One of my favourites stories, full of references to comics. Enjoy it ;)

UN PROBLEMA TORMENTOSO

-Todavía no entiendo que estamos esperando - preguntó el joven Azul Maravilla, rompiendo con la monotonía de las gotas de lluvia contra el techo.
Cebollita de Verdeo, amo de los vegetales, lo miró con incisión.
-A ver... vamos a usar un poquito tu cabeza para pensar en vez de que solo sirva para que la golpeen. Ese es el fin de todo razonamiento, al fin y al cabo. ¿Qué nos pidió el Capitán Afganistán?
-Que descubramos quién mató a Thor, dios del trueno - respondió irritado el violáceo muchacho, experto en usar pinceles como armas -Aunque si Thor esta en la ciudad oculta de Asgard no tengo idea de cómo saben que murió.
-Todas tus respuestas están en el cielo. Mira bien. Esta es la ultima de una seguidilla de siete tormentas, con sus respectivos rayos y truenos
-Que interesante.
El caballero esmeralda estaba a punto de acogotar al niño con su lazo de ajos pero se contuvo. No tenía que dejar que la furia lo dominará.
Toda su vida había sido dictada por el ritmo de la violencia, desde que presenció como sus padres morían atragantados con una planta de coliflor y nadie fue capaz de hacerles una maniobra Heimlich. Desde ese momento juró que siempre estaría dispuesto a proteger y cuidar de cualquiera que lo precisará.
Pero recién años después, cuando un tomate atravesó su ventana, se dio cuenta de su motivación.
"Los criminales son carnívoros y gordos. Seré una verdura."
Ese día nació un nuevo azote del mal y era solo cuestión de tiempo hasta que, como todo héroe que se aprecie, se uniera a un supergrupo y tuviera un sidekick. En el caso de Verdeo el grupo era nada más (y mucho menos) que los Ajusticiadores.
-No seas impertinente - continuó más relajado -Un fenómeno como este solo se da cuando muere un dios mitológico. Hace unos años, siete tsunamis anunciaron el deceso de Poseidón.
-¿Que le pasó?
-Lo pescaron. Mal día para Greenpeace.
-¡Santos atunes!
-Así que ya ves como sabemos que Thor murió.
-Pero no implica que haya sido asesinado.
-Los asgardianos son inmortales. Solo pueden morir por la mano de otra persona.
-¿Y qué...?
-¿No tenés nada mejor que hacer, no?
-No. ¿Y qué estamos esperando acá? Todavía no lo entiendo.
-Por supuesto que no, cerebro de mosquito. ¿Qué cosa aparece después de la lluvia?
-Las goteras.
-¡El arco iris, pedazo de acéfalo! Siguiéndolo donde se oculta en las nubes nos llevará hasta Asgard.
-Eso suena muy estúpido.
-Sos un pendejo en calzoncillos azules al lado de un adulto vestido de coliflor. No me digas que es estúpido.
Por fin la lluvia paró y el arco iris recorrió todo el cielo dejando su estela multicolor.
Los dos héroes se subieron al zapallocoptero y volaron hasta detrás de un enorme nubarrón donde Asgard apareció flotando en todo su esplendor.
La credencial de los Ajusticiadores les permitió ingresar en la ciudad pero las sonrisas oblicuas en la mayoría de los rostros demostraban que simples mortales no eran muy bien recibidos entre tanto poderío.
Aterrizaron cerca del cortejo fúnebre donde estaban cremando el gigantesco cadáver de Thor. Su padre, Odín Un Ojo, lloraba sin consuelo (con un solo ojo, claro está). Verdeo se acercó a él y tras darle las condolencias se ofreció para encontrar al asesino.
-Ya sabemos quién fue. Su hermanastro Loki.
-¿Loki? Pensé que había sido encerrado para siempre en la cámara de torturas... por centésima vez.
-Se escapó hace unas semanas y juró vengarse de su medio hermano... por centésima vez. Igual ya lo detuvimos.
Odín se restregó el mentón pensativo.
-Creo que lo condenaré por unas cincuenta eternidades. No es mal chico, solo muy travieso.
-¡¿Travieso?! Es un as... - empezó a gritar Azul pero lo calló una cachetada de Verdeo.
-¡Silencio! Estamos en la tierra de Odín y respetaremos sus reglas.
Acto seguido le dio otro golpe al muchacho.
-¿Y eso porque fue? - preguntó Azul al borde de las lagrimas.
-Por las dudas. Gran señor, si bien sabes quién fue, lo cierto es Thor y Loki vienen peleando desde la cuna y nunca había pasado algo así. Permíteme llevar esta investigación hasta sus ultimas consecuencias y descubrir todos los secretos. No por la memoria de tu hijo, sino por la de mi camarada.
-De acuerdo. ¿Por donde quieren empezar?
-Me gustaría ver la escena del crimen.
Odín parpadeó (su único ojo) y los dos justicieros aparecieron solos en el medio de una sala. A su alrededor cientos de estatuas los vigilaban.
-El jardín de las multitudes. Sitio curioso para un asesinato - murmuró el detective enmascarado y se dirigió a su discípulo.
-Observa bien, Azul. Usa todo el entrenamiento analítico que te enseñe y saca una conclusión.
-Bien... A juzgar por su contextura, uniformidad, olor y sobre todo la expresión de desagrado en tu cara diría que pisaste bosta de caballo.
-Exacto-asintió Verdeo limpiándose la bota -¿Y que te parece que hace un equino en este lugar?
-Por Dios... ¿quieres decir que...? -Azul contuvo su aliento.
-Exacto, eso mismo.
-Es increíble, inaudito, impensable, in...
-¿No tenés la más mínima idea de lo que estoy hablando, verdad?
-La verdad que no.
-El corcel alado de la Valkiria. La hermosa dama que transporta el alma de los guerreros caídos al más allá. El mayor placer de los combatientes nórdicos. Ahora... ¿notaste a las mujeres asgardianas cuando llegamos?
-Son horrendas, todas llenas de músculos. Solo las pude distinguir por la barba.
-De hecho, los hombres asgardianos no tienen barba.
-¡Santas confusiones!
-Por ultimo, por más que Loki haya atacado a Thor por la espalda, este contaba con una protección natural. La de su martillo Mjölnir. Pero por más que sabía que Loki estaba libre y buscando venganza por centésima vez, para su desgracia, se lo olvidó en el baño de los Ajusticiadores.
-Lo sé. Se larga a llover cada vez que quiero usar papel higiénico.
-¿Y a qué deducción te lleva todo esto?
La expresión consternada del chico demostraba que estaba lejos de cualquier cosa parecida a una idea.
-De acuerdo. Esto va para largo y no tenemos tiempo - dijo Verdeo.
Sacó una zanahoria láser de su cinto, y segundos después, donde antes estaba el joven Azul Maravilla solo quedaba una humeante pila de cenizas.
Un portal se abrió en medio del salón y una mujer montada a caballo apareció de la nada. Desde las cenizas se levantó el fantasma de Azul y le aulló a su protector con voz espectral.
-¡¿Por qué hiciste eso?!
-Era necesario para atraerla. Además no te preocupes, seguro que en un par de años resucitas como villano.
El señor de los vegetales se acercó a la hermosa joven que al desmontar reveló el rostro más bello que jamás había visto ser vivo.
-¿Bella dama, le puedo hacer una pregunta antes que se lleve el alma de mi amigo?
-¡¿Amigo?!
-¡Silencio!
-Habla, mortal. ¿Qué deseas saber?
-Tu numero de telefon... quiero decir... ¿Es posible que Thor se haya dejado matar a propósito para ir a tu encuentro?
-Así es. Él se encuentra ahora feliz y sin preocupaciones en el Valhalla.
-¿Y como ocupa su tiempo allá?
La jinete se ruborizó.
Verdeo sonrió y la despidió con cortesía mientras se volvía a montar llevando el alma de Azul.
-¡Adios, Jimmy, nunca te olvidare!
-¡Soy Timmy, pedazo de hijo de pu...!
EL portal se cerró y Verdeo quedo de vuelta solo. Con su celular llamó al Capitán Afganistán.
-Caso resuelto, Cap. No tenemos que preocuparnos de que algún villano ultrapoderoso haya acabado con Thor. Solo eligió pasar la eternidad teniendo el mejor sexo. Viendo a las mujeres asgardianas la verdad que lo entiendo.
-Bien, Cebollita, felicitaciones. ¿Algo más que informar?
-Si, señor, necesito un nuevo ayudante. Ronny... este... fue devorado por un dragón.
-¡Jimmy! Diablos, Verdeo, ya es el tercer Azul Maravilla este mes.
-Perdón, Cap, pero no es mi culpa. Ya no los hacen como antes. Le voy a preguntar a Batman donde los consigue.

sábado, febrero 03, 2007

A damned whim

A tale for "The fantastic binomian" suggested by the words MANDARINA - HELADO. Grettings
UN MALDITO ANTOJO
1:15 AM
-Amor...
-Umff... umffff
-Tengo un antojo.
-¿Eh?- Carlos abre los ojos y apenas distingue los números rojos del reloj
digital- ¿No es un poquito tarde?
-Dale, bebe, es la primera vez que te lo pido. Hasta ahora siempre me
contuve y pensá que ya van casi cuatro meses.
-¿Bueno, que querés?
Silvia se lo susurra relamiéndose en el oído.
-¡¿Helado?! ¿No te conformas con un vaso de leche?
-Porfissss.
Carlos mira a los tiernos ojos de la mujer de su vida y no puede resistirse. La besa con pasión y se levanta.
El teléfono suena del otro lado y la cansada voz de un recepcionista atiende.
-Heladerías Fulero, buenas noches.
Carlos agradece a Dios por el delivery y hace el pedido.
-Lo siento, señor, pero ese gusto solo lo tienen en la sucursal de Villa Fiorito.
-Bueno, dame el numero.
-Es que no hacen entrega a domicilio. Tendría que ir en persona. Buenas noches.
El abrupto corte deja al interlocutor con la palabra en la boca. Piensa que quizás pueda convencer a Silvia de que espere hasta el mediodía, pero la verdad que la pobre tenía razón, venia soportando el embarazo como una reina.
Nunca se quejo del dolor, ni las patadas, ni los vómitos ni de las sesiones de gimnasia pre-parto ni nada de las cosas con las que, por lo general, las mujeres martirizan a sus maridos.
-Amor, voy a buscarte el helado. En un rato vuelvo.
-Dale, no tardes mucho que tengo hambre.
Carlos refunfuña en voz baja y cierra la puerta.

2:35 AM
Ya lleva más de una hora y esta por desistir cuando las luces del ciento treinta y ocho se asoman por la esquina.
Paga el pasaje y se sienta al fondo. En la otra punta de los asientos un hombre de pinta desgarbada lo mira con los ojos desorbitados.
"OH, dios, a mi no", piensa Carlos pero ya es tarde. El linyera se sienta al lado suyo.
-Hermano, he visto el fin del mundo y no es nada lindo. He visto a la
humanidad completa rogando por piedad mientras el mundo arde en llamas pero peor es lo que te espera esta noche.
-No me jodas. ¿Que querés, una moneda?
-Ni el dinero podrá salvarte de lo que viene. Y todo por un capricho de tu mujer.
Carlos se quedó mudo de sorpresa.
-No pierdas tiempo conmigo, la próxima es tu parada.
Desconcertado, se baja y entra en la heladería a unas pocas cuadras.

2:50 AM
Detrás del mostrador hay un solo chico muy entretenido hablando con una chica vestida de cuero y minifalda.
-Hola, quiero un...
-Eh, viejo, banca un momento. ¿No ves que estoy atendiendo?
Carlos se muerde la lengua y le pide disculpas a la muchacha que lo mira con desprecio.
Espera un largo rato y al ver que el pibe hace de todo menos atender decide ponerse severo.
-Escúchame, estoy muy apurado y vos estas boludeando.¿Me podes dar un...
-Esta bien, esta bien- le grita el pibe- ¿Nena, nos vemos más tarde?
-Ni en pedo, me voy a bailar.
La chica se retira del negocio haciéndole un gesto obsceno a Carlos.
Esté se fija que el pibe no le sirva el helado con una escupida incluida, paga y se vuelve a la parada de colectivo.

3:30 AM
Como era de esperarse, el micro no aparece.
De pronto un auto frena en seco ante él. Aunque los vidrios están polarizados se nota que adentro hay más gente de la que debería.
La ventanilla del acompañante se baja y muestra el rostro bastante drogado del heladero.
-Eh, este es el viejo ortiva que me cortó el chamullo con la Yesy.
Varias expresiones se escuchan dentro del autito.
-Córtala, pendejo, no rompas las bolas.
-¡¡Uh, te esta apurando, Polaco!!
-Todo bien, vieja, solo danos un poco de helado que hace calor y el dueño es otro ortiva que no me deja llevarme nada.
Carlos se lo estaba por darle el postre encantado de sacárselos de encima pero pensó no solo en lo que le había costado conseguirlo sino en la expresión de decepción en la hermosa cara de Silvina.
-No, flaco, no puedo.
Ahí el "polaco" se puso furioso.
-Ándate a la concha de tu madre, viejo choto.¡Cholo, arranca!
El auto aceleró dejando restos de goma caliente sobre el asfalto. Mientras daba la vuelta a la esquina, Carlos sujetó con más fuerza el pote que llevaba en el brazo.
Al rato en la otra esquina escucho un motor y pensó que por fin era el micro pero estaba equivocado. El auto de los pibes avanzaba directo hacia él.
Carlos se quedó quieto hasta ultimo momento pero cuando vio que el auto subió a la vereda empezó a correr con todas sus fuerzas.
Se metió en un callejón pero el coche todavía lo seguía. Delante de él había una pared que cerraba la callejuela además de un enorme container de basura. Se subió en este pero todavía no estaba lo suficiente alto como para saltar la pared.
Miró al vehículo que venia arrollando bolsas de basura y golpeándose contra las paredes. Por un instante que pareció una eternidad avistó la cara gritando y enloquecida del conductor.
Encima de él había una escalera de incendio. Saltó y se agarró unos segundos antes que el auto arrollara el container.
El brazo le dolía horrores pero no pensaba soltar el envase de helado.
Haciendo un esfuerzo supremo jaló hacia arriba y logró treparse hasta un balcón que daba a una ventana semiabierta.
Miró hacia abajo. El auto estaba en silencio excepto por un tema de cumbia sonando a todo volumen. Por las dudas prefirió bajar por el interior del edificio.

3:42 AM
La habitación en la que se metió estaba a oscuras excepto por la luz de una heladera abierta. La puerta se cerró y una nena de unos diez años lo miró consternada.
Carlos le hizo una seña de silencio
-Shh, no hagas ruido, ya me voy.
-¿Qué llevas ahí?- preguntó la niña en voz baja.
-Helado.
-¡Que rico! ¿De que gusto?
Carlos se lo dijo y la cara de la niña se iluminó.
-¡Mi favorito!. ¿Me convidas?
-No... no puedo.
-¡¡MAMA, PAPA, UN LADRON EN LA COCINA!!.
Una de las puertas se abrió de una patada y entró un gigante de dos metros en pijama y armado con una escopeta y la cara enloquecida.
-¡Fuera de mi casa! – gritó antes de disparar a donde estaba Carlos.
Este se tiró detrás de un sillón y salió corriendo hacía la otra puerta. Para su suerte estaba sin llave y logró abrirla antes que otro disparo le volara la cabeza.
Bajó corriendo todos los pisos hasta llegar a la puerta del consorcio. Está si estaba cerrada y escuchaba los gritos del enojado vecino cada vez más cerca.
Dejó el helado sobre una mesita que usaba el portero y con una silla golpeó el vidrio de la enorme puerta hasta que se partió.
Estaba por salir cuando se acordó del paquete. Asomó medio cuerpo y lo agarró antes que un escopetazo destrozara el resto del vidrio.

4:20 AM
Estaban cayendo las primeras gotas de una lluvia veraniega.
Carlos corrió casi siete cuadras hasta estar más o menos seguro de que la maquina de matar no lo seguía. Respiró con profundidad y miró con odio al pote de helado.
"Si no fuera por Silvina..."
Estaba absorto en sus pensamientos cuando un golpe en la espalda lo derribó.
Aullando de dolor se dio vuelta y observó al polaco. Tenia la boca llena de sangre. Detrás de él sus amigos lo miraban en no mucho mejor estado.
-Viejo puto, le rompiste el auto al Cholo. Ahora te vamos a romper el culo.
Carlos colocó la cabeza contra el piso resignado.
-Pero antes me voy a comer este helado de mierda- el pibe levantó el pote del piso.
Los ojos de Carlos se llenaron de furia. Se levantó gritando del piso y su puño fue directo a los testículos del polaco. Este se quiso inclinar pero Carlos lo tiró al piso, se le subió encima y lo empezó a golpear en la cara.
-¿Quieres helado? ¡¡Toma!!
Agarró el pote y tiró el liquido de lo que se había derretido en la cara
ensangrentada. Después empezó a apretarle el cuello con fuerza para que abriera la boca y le metió los restos de la crema junto con los pedazos de telgopor.
Se levantó y mientras el polaco trataba de escupir los restos para no
ahogarse, Carlos lo volvió a patear en el estomago. Justo se largó a llover. El polaco era una masa de sangre y crema color naranja llorando en el piso.
-No... no me pegue, señor, por favor, no me pegue más.
Carlos miró a los amigos del polaco que lo observaban asombrados.
-¿Qué pasa, alguien más quiere?
Todos salieron corriendo excepto uno que agarró como pudo los restos de su compañero y se perdieron en la noche.
A unas cuadras apareció el cartel del ciento treinta y ocho.

4: 45 AM
Cuando se subió, Carlos intentó sacar las monedas de su sucio abrigo.
-No se preocupe, jefe, ustedes viajan gratis- le dijo el chofer señalando a la parte de más atrás del micro. Ahí se encontraba el mismo linyera que le había profetizado la mala noche. Por lo visto lo único que hacia era el recorrido de la línea una y otra vez.
Carlos se sentó unos asientos delante y cuando el profeta estaba por abrir la boca le dijo:
-Te callas o te parto en dos.

5:05 AM
Carlos entró en su casa y fue directo a acostarse a la cama.
-¿Qué te pasó? ¿Conseguiste el helado de mandarina?
Silvina vio las manchas de sangre, suciedad y lluvia en toda la ropa de su esposo. También vio que tenia un par de moretones en la cara.
Carlos la miró como había mirado al polaco cuando agarró el envase.
-¿Sabes que, amor? Con un vaso de leche me conformó.

viernes, febrero 02, 2007

The Spy that... you know!!

A Zodapeman adventure ;)
La prostituta robótica entró en la habitación y empezó a desvestirse. Era una de las obras cumbres del gobierno americano y hasta no escuchar su aguda y chillona voz pasaba por humana sin inconvenientes.
-Traigo un mensaje especial para el agente Zodapeman. Por favor identifíquese.
El robot se montó encima del prodigioso agente y al ser penetrado los sensores en la vagina artificial escanearon las marcas en el inconfundible pene.
“Identificación positiva. Buenas tardes, Zodapeman.
Su próxima tarea consiste en evitar un atentado contra una misión espacial que esta por realizar el país europeo de Karkovia. Como sabrá, en dicha nación creen que lo peor de la humanidad esta en las mujeres así que han decidido empezar un proyecto de utopía masculina en Marte. Los karkovianos tienen avances científicos notables y están listos para lograr lo que nosotros solo podremos hacer dentro de décadas.
Por supuesto, hay intereses opuestos, entre ellos la nación feminista de Orgalia.
Lo único que sabemos es que han mandado a su mejor agente para sabotear el lanzamiento. Se trata de Vanesa Zumanova, la única sobreviviente de un experimento de estimulación de hormonas que la volvieron ninfomana y sexopata al extremo.
Proceda con cuidado, Zodapeman, nunca ha encontrado una mujer como esta. Buena suerte.
Ah, por cierto, este mensaje se autodestruirá cinco segundos después de acabar.”
Tras eyacular, la prostituta empezó a emitir un sonido de alarma. El agente la tomo en brazos y la lanzo por la ventana antes de que explotara.
Armó sus valijas y tomo el primer vuelo hacia Karkovia. Decidió que la mejor forma de vigilar el lanzamiento era haciéndose pasar por astronauta.
A la mañana siguiente, con documentación falsa, se presento en la audición de postulantes para el vuelo. La sala estaba a oscuras. El director del proyecto, Iván Tragasavlozky, habló en voz fuerte para que todos lo escucharan.
-Buenos días, caballeros, una vez que salgan de esta sala empezara el entrenamiento físico para adecuar sus cuerpos al ambiente marciano. Pero antes debemos asegurarnos que puedan lograr la parte más importante de la misión de colonización.
Un respetuoso silencio cubrió todo el auditorio. Un reflector se ilumino mostrando en el escenario a una hermosa mujer desnuda. Zodapeman la reconoció como la agente Zumanova, quien al parecer también logró infiltrarse.
-Los ideales más profundos, tanto de nuestra nación como de la humanidad, han sido corrompidos por las mujeres – continuó el director aunque había perdido la atención de más de la mitad de su publico- Este viaje es la única esperanza de empezar una civilización basada en la presencia única del hombre, pero tenemos que asegurarnos que no sientan la necesidad del perverso y contaminante contacto con el otro genero. Voluntaria Paprika, por favor...
La mujer empezó a tocar y mostrar en detalles sus partes intimas. A medida que jugueteaba gemía con placer.
Gotas de sudor empezaron a correr por el publico.
-¡Basta, no aguanto más!- grito uno de los jóvenes postulantes y corrió al escenario bajándose los pantalones.
-¡Yo tampoco!- aulló otro.
En menos de cinco minutos, mas de diez personas estaban trenzadas en una orgía. Por increíble que pareciera, la mujer podía con todos.
-Vamos, todavía hay lugar para mas- susurró en un momento que pudo desocupar su boca.
Debajo del escenario solo quedaban nueve personas, incluyendo al director y Zodapeman, cuyo miembro luchaba por escaparse de los pantalones pero pudo resistir gracias al entrenamiento de Obi One Choto para soportar situaciones limite.
-Bien, caballeros, han demostrado ser de lo mejor que Karkovia tiene para ofrecer. Felicitaciones.
La audiencia terminó y las semanas siguientes transcurrieron en relativa tranquilidad. Zodapeman realizo todo el duro entrenamiento esperando que la orgalense atacara de nuevo pero al parecer había desistido.
Por fin llego el día del despegue. La tripulación empezó a avanzar por el tubo que los conduciría hasta la cabina del cohete cuando Zodapeman notó que el guardia de los impulsores había desaparecido.
Se excusó con sus compañeros y tomó el ascensor hasta la base del cohete. Al entrar en la cubierta metálica que rodeaba los propulsores encontró al guardia.
Estaba tendido en el piso, con los pantalones bajos, una sonrisa en toda la cara y desmayado de satisfacción.
Unos metros más adelante Vanesa estaba por golpear los motores con una barra de acero.
-¡Espera, No lo hagas!- le gritó Zodapeman- Este viaje es necesario para el avance de la ciencia.
-La ciencia masculina querrás decir. Unos hombres solos en Marte es un desperdicio, un derroche de semen y ganas de coger, que es para lo único que sirven.
Zodapeman pensó en esos hombres en la soledad, solo pudiendo reproducirse por genética.
¿Que pasaría cuando sus ansias sexuales despertaran? El solo pensar que tendrían que satisfacerse entre ellos mismos le trajo horribles recuerdos de su experiencia en Vietnam, donde había sentido en carne propia lo que la ausencia femenina podía provocar.
Pero ahora debía dejar de lado las cuestiones morales y cumplir con su misión. Le quitó la barra pero ella, con una velocidad increíble, le desabrocho el cierre del uniforme y comenzó a succionar su poronga.
El animo y ganas con que le hacia el pete casi sobrepasan a Zodapeman pero se mantuvo firme, manteniendo la concentración. Cuando sintió que estaba a punto de quebrarse tiró a la enemiga de espaldas al piso y la penetró con toda su fuerza.
Así estuvieron durante horas y horas cambiando de posición hasta caer los dos agotados. Zodapeman apenas lograba mantenerse consciente a pesar del agotamiento. Su rival dormía complacida con un chorro de leche escurriéndose por la comisura de sus labios. Ambos estaban seguros que nunca habían tenido un desafío semejante.
El cohete despegó. Tragasavlozky se sorprendió al ver a uno de sus astronautas en medio de la pista de despegue y ordeno detenerlo.
Al ser interrogado Zodapeman revelo su identidad y el propósito de la misión.
Tragasavlozky le agradeció la cooperación en nombre de la nación de Karkovia.
-Solo tengo una duda. Había ocho pasajeros en la cabina antes del despegue pero usted esta acá. ¿Quién era el octavo?.
-La octava. De alguna forma tenia que deshacerme de la orgalense.
-Pero la misión...
-Confié en mi, esos hombres no iban a durar dos meses como tales sin una mujer. Para ustedes será lamentable pero no se puede construir una civilización sin ambos sexos. Es la cooperación entre ambos lo que nos separa de los animales.
Con orgullo, Zodapeman observó en el cielo la estela que dejaba el cohete y sintió algo de envidia por no ser uno de esos siete hombres.

miércoles, enero 31, 2007

Um, maybe I should say Evil Dead II

Second story of Angélica Jones.
NOCHE ALUCINANTE
Sentía a la cosa agitándose en su interior, pateando con furia y rabia buscando su libertad. Pero todavía era pequeña, casi indefensa y Caroline no se demoró en tomar medidas al respeto.
No era la primera vez que hacia esto. Ya estuvo en otras ocasiones que perdida en una orgía de drogas y alucinaciones permitía libertades que después lamentaba.
Pero nunca le había importado hasta ahora porque después de todo la pasaba bien y la idea de tener una vida rutinaria y llena de niños berreando y chillando solo aparecía en sus pesadillas.
Pero ahora la pesadilla estaba dentro suyo. Esta criatura se alimentaba de su energía y la consumía.
¿Cómo podía crecer tan rápido?
Fue solo una semana atrás que, encima sobria, un encantador sujeto le hizo una propuesta. Ella aceptó fascinada por su platica, aspecto y sensual mirada.
Pero a la mañana siguiente él había desapareció y ella no recordaba nada de lo sucedido.
Solo sabia que estaba engendrando algo maligno.
El doctor Smith, cirujano, anestesista y único enfermero de un lugar con muy pocos recursos se asomó al pasillo y le pidió que se prepare antes de volver a su mundo privado de desinfectantes y bisturís. Caroline se empezó a levantar cuando una suave voz la sorprendió por la espalda.
-No lo hagas, madre.
Se dio vuelta y una hermosa joven rubia de piel pálida la miraba con una tierna sonrisa.
-¿Quién sos?
-Soy tu hija, madre, la que llevas en tu vientre, la que aborreces y estas a punto de matar.
-¿Qué te fumaste, hermana?¿Un jardín completo?
-Quizás no me creas, madre, pero lo sé todo sobre vos. Caroline Adams, nacida en marzo del ochenta y nueve. Huiste de tu hogar a los diecinueve cansada de los abusos de tu padrastro. Desde entonces vives en la casa de tus amantes ocasionales, sin trabajo y solo buscando drogas y sexo.
Caroline suspiró mientras prendía un cigarrillo. Hacia tiempo que no usaba su verdadero apellido, así que si esta chiflada se había tomado el trabajo de investigar valía la pena escucharla.
-Busco lo primero, lo segundo se da por si solo. Okay, voy a seguirte el juego, ¿cómo es posible este encuentro?
-Vengo de un posible futuro, una de las tantas posibilidades si no entras en ese consultorio, si me permitís nacer y crecer.
-Me suena a una pelotudez tipo Star Trek. ¿Y porque debería hacerlo?
-Porque valgo la pena. No te voy a dar toda una reseña de mi vida pero te aseguro que soy una mujer demasiado importante para la mayoría de los americanos.
-No me digas, otra puta como tu madre querida- rió Caroline con sarcasmo.
La "hija" se abrió el saco que llevaba puesto.
-No exactamente- dijo mientras le mostraba una identificación de la Oficina Oval de USA.
Caroline la miró sorprendida y le escupió una mezcla de saliva y tabaco en la cara.
-Ahora si que tengo una buena razón para tirarte por el inodoro, pedazo de mierda.
El rostro de la rubia cambió de la sonrisa a una mueca desabrida. Con una
fuerza sobrehumana empujó a Caroline contra la pared mientras la sujetaba del cuello.
-Muy bien, puta del orto, intente hacerlo fácil. El asunto es muy sencillo. Hay cientos de demonios que caminan en la tierra y le gustan coger con humanas para mantener su raza. Vos fuiste una de las afortunadas. El problema es que si te deshaces de esa cosa asquerosa vas a provocar una guerra entre las dos especies. Y ya bastante tengo con ocuparme de los bastardos infernales que se retoban como para encima lidiar con todo un ejercito por una puta barata que no pudo mantener sus piernas bien cerradas.
Soltó a Caroline y está respiro hondo casi dos minutos hasta sentir el aire de vuelta en sus pulmones. La criatura dio una patada que casi la parte al medio como para asegurarle que también se encontraba bien.
-¿Por Dios, no ves que me esta matando?-aulló Caroline en lagrimas.
-Te ayudare a tenerlo, conozco conjuros para poder sacártelo sin que ninguno de los dos sufra daños.
-Al carajo con ambos. Primero que sos la jodida presidente del futuro, ahora esta boludez de demonios y guerras...
-Me pareció que era más fácil que aceptaras lo primero. A mí me costó más de tres años internada en un loquero comprender que hay muchas más cosas de las que se ven a simple vista.
El doctor Smith volvió a asomarse al pasillo.
-¿Algún problema, Caroline? ¿Quién es ella?
-Una zorra evangelista-respondió Caroline sin dudar.
La rubia la miró con una expresión que recordaba a pena y se retiró de la clínica sin decir una palabra más. Cruzó a la cabina telefónica de la vereda de enfrente y marcó un numero a pesar de que el cable había sido cortado por algún vándalo.
-Si quieres a tu hijo ven a buscarlo en la clínica ilegal de Fox Avenue y Gardner- dijo antes de cortar.
Al instante unas nubes grises cubrieron el cielo nocturno.
Dentro del quirófano, Smith le puso a Caroline una mascarilla.
-Ya sabes como es esto. Cuenta hasta diez.
La paciente empezó a contar mientras sentía como su conciencia se iba desvaneciendo. En vano intentaba luchar por reflejo abriendo los ojos. En uno de eso instantes vio como Smith acercaba el bisturí a su vientre. En otro como una garra atravesaba el cuello del medico decapitándolo.
Con la fuerza del horror intentó quitarse la mascarilla. Delante suyo, un enorme ser con aspecto de cabra apoyaba la garra ensangrentada en su vientre.
Pero lo que más asustó a la mujer no fue su aspecto animalesco sino que tenia los mismos cristalinos ojos de su amante en aquella olvidada noche.
-¿Tanto tiempo sssin verte, querida, no te parece que debissste consultarme antesss de hacer una locura como esssta?-siseo el demonio sacando una serpentina lengua.
-Por favor, no me lastimes-lloró Caroline.
Intentaba moverse pero una fuerza invisible la mantenía sujeta. Tardó en darse cuenta que venia de su propio interior.
-¿Cómo vosss NO ibasss a lassstimar a mi hijo? Lo siento, querida, ya esss tarde.
La bestia susurró unas palabras en latín y la panza de Caroline empezó a hincharse. Ella sentía como la criatura en su interior ya no solo pateaba.
Ahora mordía y arañaba buscando salir de esa molesta envoltura que era su propia madre.
La bestia levantó en brazos a su hijo de los restos de sangre y placenta.
Lo miró con orgullo a los ojos, los mismos faros resplandecientes que le resultaban imposible resistir a los humanos.
Al salir del edificio ambos habían recuperado la forma humana pero no pasaron imperceptibles.
-Hola, Barnabas.
Por primera vez en la eternidad el demonio mostró una expresión cercana al miedo.
-¿Jones, que haces aquí?
Angélica Jones, la hermosa experta en ocultismo, salió de la oscuridad que la cubría.
-¿Quién piensas que te aviso donde estaban por matar a tu hijo, angelito?
-¿Fuiste tu? Pero nos odias. Venís dándonos caza a mí y a mis hermanos desde
hace años.
-Así es. Pero siempre fuiste de los más escurridizos. Sabia como contactarte pero no como hacerte salir de tu escondite. Hasta que sin querer me tropecé con la pobre Caroline y sentí tu esencia creciendo dentro suyo. Le ofrecí ayudarla a parir para retener a tu cría de rehén pero la muy estúpida no aceptó y no pensaba dejar pasar la única oportunidad de encontrarte.
-Tenemos un trato con los humanos. No pueden lastimarnos si nosotros tampoco lo hacemos- susurró Barnabas tan nervioso que era incapaz de mantener la forma humana.
Jones sonrió mientras sacaba una botellita de su bolsillo. Tomó un sorbo.
-¿En serio? Bueno, ahí dentro tengo dos cadáveres que me justifican. Ah, y felicitaciones por el niño, tiene tus ojos.
Aullando el demonio intentó extender sus alas encubiertas pero ya era tarde.
Angélica le tiró la botella con agua bendita y las dos criaturas se prendieron fuego.
Por un instante, Jones se conmovió de lo parecido a un llanto humano que sonaban los gritos del bebe demonio. Aprovechó las llamas para encender un cigarrillo.

Plastic

I`m wait that you recognize the parodic element ;)
PLASTICO
Bajo una luz violácea que cansa la vista, una cajera con sonrisa importada de Taiwán me sirve un helado de chocolate que parece cualquier cosa menos chocolate.
Es pegajoso y me recuerda a lo que quiero hacer en el baño, única razón de comprarlo. Lo tiró a la basura. Ya cumplió su parte en el trato de "LA CASA SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISION".
Realizo mi pendiente y me lavó la cara. El agua se filtra por mi boca y siento el asqueroso gusto del cloro. Como el mismo diluyente que use a la mañana para limpiar la pileta esperando un alivio para la agobiante temperatura. Pero al ver como un sapo muerto hace mucho se deshacía, la idea de meterme en ese ácido me dio arcadas.
Salí espantado a recorrer la rambla veraniega esperando escuchar los gritos del vendedor de gaseosas, la algarabía de un espectáculo callejero o cualquier cosa que me apartará de la angustia, del quemazón que ardía dentro de mí. Pero la lluvia lo arruinó todo... igual no sé de que huyen porque las gotas se evaporan antes de tocar el suelo o la punta de mi lengua en un beso que jamás llega.
Y así terminé encerrado en el baño de un local de comidas rápidas, mirando al espejo. Un payaso se burla con descaro... "TEN UN LINDO DÍA". La otra cara, en el espejo, me dice "FUCK YOU, KEN".
El maldito ardor se hace más denso. Clavó la vista en una linda rubia oxigenada para distraerme. Está hablando con un anteojudo pero su charla parece tan hueca como su
cabeza.
Nos cruzamos las miradas y me hace guiños con sus ojos pintarrajeados y las pestañas artificiales. Hace demasiado calor pero ya tengo una erección.
Después de un rato se excusa con su interlocutor y se levanta para ir al baño. La sigo y veo el resto de su cuerpo, desde las piernas torneadas por la lipoaspiración pasando por los pechos rebosantes de siliconas hasta el colágeno en los labios.
La tomo del brazo y la arrastro dentro de uno de los cubículos. No opone resistencia.
Finjo escucharla mientras busco debajo de su minifalda. Me dice que se llama BARBIE mientras la penetró.
Ni me molesto en usar protección... ¿para qué agregar más de lo mismo?
El calor sigue aumentando, nuestros sudores mezclándose en un asqueroso brebaje. Le lamo la cara y sabe a una mezcla de sal con tintura. De repente me arde la lengua.
Abro los ojos y Barbie tiene algo más que el maquillaje corrido, toda su expresión es una deforme mueca. La tiró al suelo y su cabeza se parte en mil pedazos.
Salgo corriendo del baño y todo el mundo se esta fundiendo, desde las personas hasta las plantas de utilería empiezan a derretirse.
Me miró a un gran espejo e intentó gritar. Pero mis dientes están fundidos y mi lengua encerrada en una prisión.
El techo del local se abre y veo dos dioses, dos seres gigantescos zarandeando todo mi mundo como si fuera una pelota. El que parece un niño le grita al otro, una niña con la cara pecosa, y está se aleja gritando.
"MAMA, MAMA, JAIME ME QUITO LA CASA DE MUÑECAS"
El chico-dios-gigante me mira con perversión y tira mi universo al infierno. Mientras las llamas me cubren, me doy cuenta que no siento dolor. Quizás en el próximo reciclado ya venga con más sentimientos...


O quizás usen mi plástico para un preservativo. La idea me repugna y intento aullar mientras me hundo en la llameante oscuridad.

In the flesh

First story with Angélica Jones, a new chracter. Enjoy it.
EN CARNE VIVA
-Te recibirán ahora.
Gabriel respiró como no lo había hecho en centurias y entró en el salón.
Asmodel, líder de la casta Serafín, empezó la sesión.
-Has solicitado audición ante el Consejo, portador de la Voz.
El ángel se tomó un instante para medir sus palabras, sabiendo que serían determinantes.
"Oh, altos señores de las huestes angelicales, me hallo aquí por el pedido más insólito que hallan escuchado en milenios, quizás incluso desde la rebelión de Lucifer.
Pero antes de condenarme, por favor, no solo escuchen mis palabras. Únanse a mí en armonía espiritual, sean uno conmigo mismo y vean todo lo que mora en mi alma, desde las mayores trivialidades hasta los secretos más oscuros.
Sientan lo mismo que sentí el día que la conocí.

Estaba en el cementerio viendo a las almas en purga cuando una voz encantadora llamó mi atención. Seguí la tierna melodía y la encontré, parada sobre una tumba, llevando el último
saludo de una anciana moribunda a un amor perdido hace mucho.
Observen esa piel clara como la nieve, ojos cristalinos como el agua y cabellos rubios como el fuego.
Una mujer que es toda bondad, creyente con alma y dedicación, tanta como la que le profesa a todos los que la rodean.
Y ahora que han sentido todo eso, díganme si tienen la fuerza para rechazar mi pedido de bajar a la tierra y pasar el resto de mis días con ella."
Tras romper el lazo espiritual con Gabriel, le pidieron que se retire para poder meditar. Por fin, después de lo que se sintió como eones, le pidieron que vuelva a entrar.
-Vamos a concederte el deseo de tu corazón, Gabriel, porque has encontrado lo que hemos buscado por milenios. Pero debes entender que todo tiene un precio y el tuyo quizás sea demasiado alto. ¿Estás enterado de ese precio?
-Si, lo estoy. Pero no es el hecho de sentir la carne y el dolor humano lo que me turba sino el saber que mantendré mi juventud e inmortalidad mientras ella se pudre y se marchita. Pero no estoy enamorado de su carne débil y mortal sino de su alma eterna.
-Entonces así sea.
Fue lo ultimo que Gabriel escuchó antes de que la luz lo cubriera. Al despejarse se encontraba en la Tierra.
Por primera vez en la eternidad sintió el golpe del viento contra su piel y las gotas de lluvia cayendo en su cara. Acababa de conocer su prisión de carne.
Quiso volar a su departamento pero cada movimiento de las alas sentía que le partían la espalda. Acababa de conocer los músculos y el cansancio.
Cubierto con un viejo sobretodo caminó varias cuadras por un mundo sucio, pobre y triste. Un mundo muy alejado de los coros angelicales, el lucero del alba y los paseos por las nubes. Acababa de conocer la tristeza.
Pero la persona detrás de la puerta lo justificaba todo. Lo recibió con la misma sonrisa con que esa mañana consolaba a un niño hambriento.
-¿En que puedo ayudarlo, buen hombre? – le preguntó con una voz que hacia eco en cada rincón de su ser.
-No necesitas ayudarme con nada, ya te encontré.
-¿Quién es usted?
El ángel no veía necesidad en seguir ocultándose. Dejó caer el abrigo y con esfuerzo extendió las alas.
La mujer dio un grito ahogado, se arrodilló y empezó a rezar.
-Por favor. No. Más allá de las alas soy igual a ti. Sufro y siento lo mismo. Cada vez que lloras sufro. Y con cada sonrisa me regocijo.
La muchacha lo miró con picardía y puso una mano en sus piernas.
-¿Y cuando siento lujuria?
-No sabría decírtelo, el sexo es algo que los angeles tenemos privado- respondió Gabriel. Acababa de conocer la timidez.
Lo empujó hacia una cama y le saltó encima. Gabriel se sintió un poco incomodo.
-¿No vamos muy rápido?
Tras besarlo con suavidad pero audacia en sus partes intimas lo miró a los ojos.
-¿Te parece?
-Creo que no- Gabriel se acostó. Acababa de conocer el placer.
Lo único que lamento fue lo efímero, la sensación de momento ya pasado y que no volvería tras volcar su ser dentro de ella. Satisfecho se durmió. Acababa de conocer el sueño.
Al despertarse estaba rodeado por varias personas en uniformes científicos. Un anciano decrepito lo contemplaba desde una silla de rueda. Su amada con desprecio y sorna, en una esquina de la habitación, terminaba una colilla. Estaba inmovilizado.
-¿Qué significa esto?
El viejo habló con una voz quebrada y enfermiza.
-Tranquilo, mi preciado objeto, no te impacientes que no queremos que te pase nada antes que haya obtenido lo que busco.
Los médicos le taparon la boca al ángel mientras le inyectaban agujas intravenosas. Acababa de conocer la traición.
La rubia terminó su cigarrillo y avanzó a la puerta.
-Ya tienes lo que buscabas, Hammond. Si piensas que una transfusión de un serafín te dará la vida eterna es problema tuyo, yo tengo otros métodos. Con sinceridad, la idea de vivir para siempre me aburre.
-Como quieras, Jones, ya cumpliste con tu parte. Ya te pagué. Antes de irte... ¿Podrías decirme como hiciste para que no adivinara tus intenciones? Uno puede posar como la persona más humanitaria del mundo...
-Eso solo fue para llamar su atención. No me recuerdes los meses alimentando linyeras y cambiándole los pañales a viejas hipócritas.
Miró a los ojos horrorizados de Gabriel y sonrió.
-El secreto es que nuestro muchacho es solo eso, un niño caliente, y no hay quién resista a ciertas cositas que sabemos hacer las chicas. Podrá pensar que se enamoró de mi alma pero solo quería acabarme adentro.
-¿Lo hizo?- preguntó Hammond con horror y fascinación.
-Si, aunque me decepcionó. No pensé que un ángel sería eyaculador precoz. En fin. Como dije, soy más practica.
Angélica Jones, experta en ocultismo y mercenaria, salió de la sala imaginando los enmudecidos gritos de Gabriel y se preguntó porque sus padres habían pensado un nombre tan irónico.

Office troubles

A little tale for the game "Fantastic Binomian". In this case, inspired by the words IMPRESORA - IMAGEN.
Problemas de oficina
Todavía no podía creer su suerte. La idea de que tan hermosa mujer se fijara en él y le permitiera pasar una noche tan buena todavía daba vueltas en su cabeza.
¿Cómo no iba a pedirle una foto como un grato recuerdo?
Ambos eran casados. Ella, encima, con Ramírez, el nerd insoportable del departamento de Contabilidad. Si no hubiera sido por la fiesta de fin de año de la empresa sus vidas jamás se hubieran cruzado.
Y ahora lo único que le quedaba más allá de la memoria de su perfume y su sedosa piel es una romántica foto en la cama de un albergue.
Necesitaba algo más tangible así que una vez que bajo la imagen del celular a la computadora de la oficina, apretó el botón de imprimir.
Se dio vuelta para recoger la impresión y para su sorpresa, la confiable chorro a tinta que uso durante años ya no se encontraba en su cubículo.
Extrañado llamo la atención de su compañero.
-¿Che, Roberto, que pasó con mi impresora?
-Se la llevaron para cambiarle los cartuchos, Gutiérrez - respondió Roberto casi en modo automático- Mientras te dejaron conectada una impresora de la red.
-¿Y donde esta?
-Arriba, en Contabilidad.
-¿¿¿QUÉ???
Como poseído por el diablo, Gutiérrez corrió al ascensor. Una capa de sudor lo cubría por completo cuando salió al tercer piso.
Con la mirada recorrió todo hasta ver la maquina donde, como en una procesión religiosa, la gente pasaba a recoger sus correspondientes papeles. Cuando vio que Ramírez se dirigía hacia ella, aceleró el paso y sacó la primer imagen a color que encontró en la pila de impresiones.
Pero no era la correcta. En esta no estaba él con la esposa de Ramírez. Era una foto de su propia esposa... con Ramírez.
Este se acercó con la voz temblorosa.
-¿Qué... que... ha... haces acá, Gutiérrez?
Gutiérrez busco en los papeles apilados lo que lo había llevado hasta ahí y se lo extendió a Ramírez.
-Esto es tuyo.
Desde ese día ambos se empezaron a llevar mucho mejor e incluso comparten una copa al salir del trabajo. Jamás volvieron a tocar el tema de las fotos.

martes, diciembre 26, 2006

Migraine before Christmas

Let´s make a mix: into a post-Christmas depression add a little of "A Christmas Carol" (the Charles Dickens´classic tale), shake strong and be sure of served it well cold.
It´s the new drink of this Summer.
LA MIGRAÑA ANTES DE NAVIDAD
Aislado sin más compañía que silenciosos guardia y el zumbido de los monitores Gosorec levantó una copa.
Tuvo una buena vida y ahora, acurrucado en una bata demasiado grande, no siente que tenga nada que lamentar.
Ni una meditación sobre las ambivalencias cotidianas o cualquier otro tipo de pensamientos enmarañados que lo disturben.
No piensa en todas las vidas destruidas para ser uno de los más ricos del mundo.
No piensa en sus familiares, la mayoría muertos o maldiciéndolo en la lejanía de sus pobres hogares.
Todos estorbos en su camino, piedras que cumplieron algún rol en la larga marcha pero al final debían ser removidas sin contemplación.
Antes que intentarán alejarlo de sus sueños. Antes que le quitaran todo.
Como cuando tuvo que entregar su osito de peluche a su hermanito. A partir de ese día, su agusanado corazón juró que nunca más haría un sacrificio.
En su inactividad acaracolada se encontraba cuando la alarma sonó.
Se levantó y se dirigió a la sala de vigía.
-¿Qué esta pasando?
-Los radares detectaron un objeto no identificado volando hacia aquí.
Gosorec se relamió los labios de placer.
Seguro que era su antiguo socio que al fin decidió atacarlo en la serenidad de su propio hogar. Fue acertado apartarlo a tiempo. No merecía el crédito de sus invenciones.
Después de todo nadie recuerda a quiénes inventan las cosas sino a quienes mejor las venden.
-¿Responde a la llamada por radio?- preguntó por cortesía.
-Solo esto- el operador conectó un altoparlante y una risa estruendosa retumbó en toda la habitación.
-JO JO JO FELIZ NAVIDAD JO JO JO
Era el colmo. No solo osaban atacarlo, también se mofaban.
-Derríbenlo.
-Pero no estamos autorizados...
-Está en mi terreno, puedo hacer lo que quiera. ¡Derríbenlo!-gritó Gosorec con una pasión en sus venas que no sentía años ha.
Esto es lo que siempre estuvo esperando, la oportunidad de mostrarle tanto a los que lo consideraban un excéntrico paranoico como los que pensaban atacarlo lo mal que hacían.
El vigía, más temeroso de su patrón que de la posible amenaza, lanzó los mísiles.
En el radar la mancha fosforescente se desintegró.
Los ojos de Gosorec ardieron con placer. No había mujer o razón material que pudiera darle algo similar a este momento.
-Vamos afuera. Quiero ver los restos.
En lo profundo de la noche, los restos de la nave ardían en juguetonas llamas. El perspicaz olfato del viejo sintió un olor a carne chamuscada similar a ciervo.
Se acercó al inerte cadáver del piloto. Tenia un traje curioso, rojo en su mayor parte.
De repente el inmenso cuerpo tembló, y para horror de Gosorec, empezó a ponerse de pie y avanzar hacia el millonario con un paquete en las manos.
-¡Cuidado, tiene una bomba!- gritaron los guardias disparando directo a la cabeza del intruso.
Aunque las balas lo destrozaban, esté continuaba impasible.
-JO JO JO JO
El magnate se dio cuenta que sus días terminaron y por fin Belcebú mismo llegó a buscarlo. Con resignación aceptó el obsequio.
Durante un instante miró a los ojos del demonio y lo sorprendió ver un viejo como él, tan muerto por fuera como Gosorec por dentro.
El piloto se desplomó mientras resoplaba con su ultimo aliento.
-FELIZ NAVIDA...
Gosorec lo contempló desolado y rompió el envoltorio.
Se quedó unos minutos en silencio y después se dio la vuelta, regresando a su hogar.
-Quemen todo, incluso esto.
Uno de los guardia observó la caja, pero más que el osito de peluche dentro, le sorprendió notar lo que parecían lagrimas en los ojos de su jefe.