viernes, febrero 02, 2007

The Spy that... you know!!

A Zodapeman adventure ;)
La prostituta robótica entró en la habitación y empezó a desvestirse. Era una de las obras cumbres del gobierno americano y hasta no escuchar su aguda y chillona voz pasaba por humana sin inconvenientes.
-Traigo un mensaje especial para el agente Zodapeman. Por favor identifíquese.
El robot se montó encima del prodigioso agente y al ser penetrado los sensores en la vagina artificial escanearon las marcas en el inconfundible pene.
“Identificación positiva. Buenas tardes, Zodapeman.
Su próxima tarea consiste en evitar un atentado contra una misión espacial que esta por realizar el país europeo de Karkovia. Como sabrá, en dicha nación creen que lo peor de la humanidad esta en las mujeres así que han decidido empezar un proyecto de utopía masculina en Marte. Los karkovianos tienen avances científicos notables y están listos para lograr lo que nosotros solo podremos hacer dentro de décadas.
Por supuesto, hay intereses opuestos, entre ellos la nación feminista de Orgalia.
Lo único que sabemos es que han mandado a su mejor agente para sabotear el lanzamiento. Se trata de Vanesa Zumanova, la única sobreviviente de un experimento de estimulación de hormonas que la volvieron ninfomana y sexopata al extremo.
Proceda con cuidado, Zodapeman, nunca ha encontrado una mujer como esta. Buena suerte.
Ah, por cierto, este mensaje se autodestruirá cinco segundos después de acabar.”
Tras eyacular, la prostituta empezó a emitir un sonido de alarma. El agente la tomo en brazos y la lanzo por la ventana antes de que explotara.
Armó sus valijas y tomo el primer vuelo hacia Karkovia. Decidió que la mejor forma de vigilar el lanzamiento era haciéndose pasar por astronauta.
A la mañana siguiente, con documentación falsa, se presento en la audición de postulantes para el vuelo. La sala estaba a oscuras. El director del proyecto, Iván Tragasavlozky, habló en voz fuerte para que todos lo escucharan.
-Buenos días, caballeros, una vez que salgan de esta sala empezara el entrenamiento físico para adecuar sus cuerpos al ambiente marciano. Pero antes debemos asegurarnos que puedan lograr la parte más importante de la misión de colonización.
Un respetuoso silencio cubrió todo el auditorio. Un reflector se ilumino mostrando en el escenario a una hermosa mujer desnuda. Zodapeman la reconoció como la agente Zumanova, quien al parecer también logró infiltrarse.
-Los ideales más profundos, tanto de nuestra nación como de la humanidad, han sido corrompidos por las mujeres – continuó el director aunque había perdido la atención de más de la mitad de su publico- Este viaje es la única esperanza de empezar una civilización basada en la presencia única del hombre, pero tenemos que asegurarnos que no sientan la necesidad del perverso y contaminante contacto con el otro genero. Voluntaria Paprika, por favor...
La mujer empezó a tocar y mostrar en detalles sus partes intimas. A medida que jugueteaba gemía con placer.
Gotas de sudor empezaron a correr por el publico.
-¡Basta, no aguanto más!- grito uno de los jóvenes postulantes y corrió al escenario bajándose los pantalones.
-¡Yo tampoco!- aulló otro.
En menos de cinco minutos, mas de diez personas estaban trenzadas en una orgía. Por increíble que pareciera, la mujer podía con todos.
-Vamos, todavía hay lugar para mas- susurró en un momento que pudo desocupar su boca.
Debajo del escenario solo quedaban nueve personas, incluyendo al director y Zodapeman, cuyo miembro luchaba por escaparse de los pantalones pero pudo resistir gracias al entrenamiento de Obi One Choto para soportar situaciones limite.
-Bien, caballeros, han demostrado ser de lo mejor que Karkovia tiene para ofrecer. Felicitaciones.
La audiencia terminó y las semanas siguientes transcurrieron en relativa tranquilidad. Zodapeman realizo todo el duro entrenamiento esperando que la orgalense atacara de nuevo pero al parecer había desistido.
Por fin llego el día del despegue. La tripulación empezó a avanzar por el tubo que los conduciría hasta la cabina del cohete cuando Zodapeman notó que el guardia de los impulsores había desaparecido.
Se excusó con sus compañeros y tomó el ascensor hasta la base del cohete. Al entrar en la cubierta metálica que rodeaba los propulsores encontró al guardia.
Estaba tendido en el piso, con los pantalones bajos, una sonrisa en toda la cara y desmayado de satisfacción.
Unos metros más adelante Vanesa estaba por golpear los motores con una barra de acero.
-¡Espera, No lo hagas!- le gritó Zodapeman- Este viaje es necesario para el avance de la ciencia.
-La ciencia masculina querrás decir. Unos hombres solos en Marte es un desperdicio, un derroche de semen y ganas de coger, que es para lo único que sirven.
Zodapeman pensó en esos hombres en la soledad, solo pudiendo reproducirse por genética.
¿Que pasaría cuando sus ansias sexuales despertaran? El solo pensar que tendrían que satisfacerse entre ellos mismos le trajo horribles recuerdos de su experiencia en Vietnam, donde había sentido en carne propia lo que la ausencia femenina podía provocar.
Pero ahora debía dejar de lado las cuestiones morales y cumplir con su misión. Le quitó la barra pero ella, con una velocidad increíble, le desabrocho el cierre del uniforme y comenzó a succionar su poronga.
El animo y ganas con que le hacia el pete casi sobrepasan a Zodapeman pero se mantuvo firme, manteniendo la concentración. Cuando sintió que estaba a punto de quebrarse tiró a la enemiga de espaldas al piso y la penetró con toda su fuerza.
Así estuvieron durante horas y horas cambiando de posición hasta caer los dos agotados. Zodapeman apenas lograba mantenerse consciente a pesar del agotamiento. Su rival dormía complacida con un chorro de leche escurriéndose por la comisura de sus labios. Ambos estaban seguros que nunca habían tenido un desafío semejante.
El cohete despegó. Tragasavlozky se sorprendió al ver a uno de sus astronautas en medio de la pista de despegue y ordeno detenerlo.
Al ser interrogado Zodapeman revelo su identidad y el propósito de la misión.
Tragasavlozky le agradeció la cooperación en nombre de la nación de Karkovia.
-Solo tengo una duda. Había ocho pasajeros en la cabina antes del despegue pero usted esta acá. ¿Quién era el octavo?.
-La octava. De alguna forma tenia que deshacerme de la orgalense.
-Pero la misión...
-Confié en mi, esos hombres no iban a durar dos meses como tales sin una mujer. Para ustedes será lamentable pero no se puede construir una civilización sin ambos sexos. Es la cooperación entre ambos lo que nos separa de los animales.
Con orgullo, Zodapeman observó en el cielo la estela que dejaba el cohete y sintió algo de envidia por no ser uno de esos siete hombres.

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